AFECTACIONES A LA SALUD POR FÁRMACOS EN EL AGUA

Greta Díaz GV.


Cada tercer día Carolina Campos, y su nieta, Dany, de dos años riegan con agua del pozo las lechugas, chícharos, calabazas, rábanos y espinacas del jardín. El agua que utilizan no es del todo cristalina, ya que Caro vive a menos de 100 metros del Río Lerma donde es común ver llantas, botellas de pet, aceite, e inclusive, espuma de detergente.

Caro cuenta que su mayor preocupación es la basura que ve en el río, sin embargo, los contaminantes que sus ojos no alcanzan a percibir son los que podrían hacerle mayor daño.

Leobardo Manuel Gómez Oliván, investigador de la Facultad de Química de Universidad Autónoma del Estado de México, junto con la académica, Hariz Islas Flores, desarrollan una investigación sobre farmacovigilancia en el agua.

El problema con los fármacos es que están fabricados per se para generar un efecto biológico, entonces siempre va a haber una actividad. Pero la cuestión es que se están liberando constantemente al ambiente y se ha demostrado que en concentraciones muy bajitas pueden generar efectos tóxicos

MEDICAMENTOS EN EL AGUA

El tema de la contaminación de agua con fármacos ha sido poco abordado, sin embargo, en la última década se han realizado diversas investigaciones a nivel internacional. Algunas, como la del Instituto de Investigación y Tecnología del Agua en Alemania, destaca que los fármacos llegan hasta el subsuelo.

La académica de la UAEM, Islas Flores, asegura que tanto en el Río Lerma como en la Presa Madín, ubicada en Atizapán de Zaragoza, se encontraron residuos de fármacos de los más utilizados en México y en el mundo como diclofenaco, paracetamol, naproxeno, ibuprofeno, metoprolol y 17 beta estradiol, entre otros.

Caro es consciente de que, por la cercanía al Río Lerma, el agua de su pozo puede contener diversos contaminantes que afectan a la salud, pero piensa principalmente en enfermedades infecciosas intestinales, que de acuerdo con el INEGI, son la tercera causa de muerte en niños menores de un año, es por ello que cada determinado tiempo coloca dos pastillas de cloro.

Son pastillas de cloro. Nada más le echo dos en una botella, la agujero, le hago hoyitos, y la sumerjo para dentro y ya está despidiendo el cloro para echarle al baño, para trapear, para regar lo de afuera

A pesar de que Caro cree que está haciendo lo correcto para proteger la salud de su familia, el investigador, Leobardo Manuel Gómez Oliván, señala todo lo contrario.

Tanto la industria como hospitales, como la industria farmacéutica, deberían tener plantas de tratamiento de aguas residuales, pero no son eficientes para remover la presencia de fármacos en el ambiente. Como la exposición es continua, todos se van al agua. Y el problema es que los tratamientos que hacen consisten en clorar el agua y la airean para tratarla y la recirculan. Cuando unes el cloro con compuestos orgánicos, se generan compuestos que son más tóxicos aún y que generan más daños

En el Río Lerma se juntan las aguas residuales de zonas habitacionales, hospitales y de la industria farmacéutica. Esta última es amplia en el Valle de Toluca, pues únicamente en el Parque Industrial 2000 hay 20 empresas de este giro.

Pero ¿cómo llegan esos fármacos a nuestros ríos y lagos? Muy sencillo, Hariz Islas Flores explica que, además de la industria farmacéutica, nosotros ingerimos medicamento, nuestro cuerpo los procesa y después expulsa residuos de los fármacos a través de la orina y las heces.

Estos químicos llegan a las aguas municipales, que desembocan en los cuerpos de agua, mezclándose con metales y detergentes, lo que potencializa su toxicidad.

Por otro lado, de acuerdo con SINGREM, una asociación civil que recolecta medicamentos caducos, el Estado de México es la segunda entidad con mayor desecho de fármacos. Por otro lado, los medicamentos caducos que llegan a los basureros también se filtran al subsuelo y llegan a los mantos acuíferos.

AFECTACIONES DE FÁRMACOS EN EL AGUA

El equipo de farmacovigilancia de la Facultad de Química de la UAEM se ha dedicado a realizar estudios de la presencia de fármacos en las aguas residuales de la industria, hospitales y efluentes municipales. Estas investigaciones, realizadas principalmente en la especie Cyprinus Carpio, el pez conocido como carpa, han demostrado que el residuo de estos medicamentos en el agua produce daño en el hígado, cerebro, riñón, branquias y sangre. Mencionan que inclusive han tenido que diluir el agua.

Si probamos la toxicidad como viene de los efluentes, los organismos se mueren. Lo que hemos hecho es diluir. Hemos tenido que hacer diluciones del dos por ciento o uno por ciento y a esas concentraciones encontramos efectos tóxicos

Los especialistas universitarios han hecho estudios sobre los químicos por separado y han encontrado que tienen efectos tóxicos muy altos, pero cuando estos fármacos se mezclan entre sí, los efectos se potencializan. Los daños que provocan en las carpas, son múltiples.

Entre las afectaciones más importantes en las carpas se encuentra el daño genotóxico, cambios en el ADN que provocan mutaciones; citotoxicidad, que implica la muerte temprana de células; la teratogénesis que lleva a afectaciones en el estado embrionario; cancerogénesis y aumento del estrés oxidativo, que está relacionado con envejecimiento temprano, enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes y trastornos neurológicos como Parkinson y Alzheimer, que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud van en aumento.

Al respecto, el INEGI ha revelado que las enfermedades del corazón, la diabetes y los tumores son las primeras tres causas de mortalidad en México.

Afectaciones genotóxicas
Los fármacos en el agua afectan diversos órganos de las carpas. Además producen daños genotóxicos, es decir, en su ADN; aumentan el estrés oxidativo y la cancerogénesis.

MUERTE DE PECES EN PRESA MADÍN

El Río Lerma no es el único que carga con esta toxicidad, de acuerdo con el CONACYT, en México hay 260 cuerpos de agua calificados con alta toxicidad. Uno de ellos es la presa Madín, ubicada en el municipio de Atizapán de Zaragoza.

Don Lázaro Ortíz Colín cuenta cómo es que ha tenido que dejar de usar la presa para recreación.

La presa ha cambiado muchísimo por los contaminantes que vienen de los fraccionamientos vecinos y todo eso. Había gente que se quedaba a la orilla de la presa a pescar. Llegaban un día y se iban hasta el otro día. Bajaba yo con mis hijos, con mi esposa, pero ya no, ya no soporta uno estar ahí. Luego con el aroma y todo eso, hasta la cabeza duele, mejor se viene uno para su casa

Sentado en un jardín con vista a la presa, Don Lázaro cuenta cómo pescaban, actividad que dejaron de hacer en 2014. La presa no sólo es destino de aguas residuales de los condominios alrededor, pues también abastece agua potable a los municipios de Naucalpan, Atizapán y Tlalnepantla.

UTILIZACIÓN DE AGUA CONTAMINADA

Son las siete de la tarde y Don Lázaro saluda a dos hombres que caminan con cañas de pescar en la mano y cabezas cabizbajas, son sus hijos. Buscan nuevos lugares para pescar, pero ya en ningún río tienen suerte. Comentan que la pesca es lo que menos les preocupa. Gerardo Ortiz destaca que el agua que utilizan para sus actividades diarias proviene de la presa Madín.

Aquí está la tratadora, la planta, y es con la que tratan la presa de Madín. Ahí están las bombas, las que suben el agua a la potabilizadora y la potabilizadora lo distribuye a diferentes municipios. Ahora ya tenemos una manguera, cuando antes teníamos nuestro propio pozo. Se está acabando el agua y ahora nos dan de la potabilizadora

Tanto las personas que viven alrededor del Río Lerma como los pobladores de Madín están en constante contacto con el agua contaminada. En ambos lugares se puede percibir durante todo el día la pestilencia del agua.

AFECTACIONES DE FÁRMACOS EN HUMANOS

En el Valle de México los pobladores han dejado de consumir los pocos peces que quedan en la presa. Sin embargo, en San Mateo Atenco se pueden encontrar sembradíos en la orilla del Río Lerma. Algunos son utilizados para comercio, otros, como el de la familia de Carolina, para consumo personal.

La académica de la UAEM, Hariz Islas Flores, comenta que estas toxinas pueden llegar a nosotros a través de los alimentos.

El problema de esto, aparte de los contaminantes emergentes que traen, metales, etcétera, estos pueden bioconcentrarse, bioacumularse en plantas, organismos y a través de cadena trófica van escalando, no siempre se eliminan. El agua puede traer contaminantes que se concentran en los vegetales y plantas y tú a la hora de comértelos estás comiendo también ese tipo de contaminantes

A pesar de que los investigadores de la UAEM llevan a cabo los estudios en carpas, ambos recalcan que es muy probable que la farmacotoxicidad del agua también puede afectar a los humanos.

Tenemos los mismos sistemas enzimáticos de la carpa, entonces se puede estar elevando ese nivel de estrés oxidativo del ser humano. En un futuro la idea es comprobar los efectos tóxicos en humanos pero tiene muchas implicaciones, porque tienes que pedir permiso, muestras de sangre, zona impactada y no es tan sencillo. Pero los mecanismos de toxicidad son similares.

URGENTE CAMBIO DE REGULACIONES DEL AGUA

En Estados Unidos y en diversos países de Europa, como España, la legislación respecto a las regulaciones del agua ha cambiado para evitar que los humanos entren en contacto con estos fármacos.

De acuerdo con el INEGI, en 2016 el 66 por ciento de los municipios y delegaciones en México no contaban con un servicio de tratamiento de aguas residuales. Hariz Islas Flores comenta que el equilibrio en los cuerpos de agua mexicanos no tardan en romperse, lo que sería fatal para el medio ambiente y nuestra salud. También destaca que por ello urge que en México también se regulen los niveles de toxicidad del agua con la que estamos en constante contacto.

Lo único que queda es empezar a regularlos y que se generen más plantas de tratamiento con procesos de oxidación avanzada, para que eliminen esos compuestos del agua. Pero el problema de este tipo de métodos es que son muy caros. Tenemos que estudiar qué otras soluciones tiene ese problema

Los especialistas advierten que es necesario cuidar el agua. La ONU señala que, si se mantiene el actual ritmo de consumo y de contaminación, para el 2025 el 60 por ciento de la población vivirá en regiones con escasez.

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El Río Lerma recibe a diario las aguas residuales de las industrias de Toluca. Aunado a esto, también recibe las aguas residuales de los municipios aledaños.

Al ver su pequeña parcela, Caro asegura que quisiera un mejor lugar para sus hijos.

Me gustaría que mis hijos tuvieran una mejor vida, un mejor lugar donde vivir, no estar cerca del río. El agua donde no esté contaminada. Un lugar donde haya donde sembrar verdura para que salga sana y limpia

Dany, la nieta de Caro, asusta al gato que está tomándose el agua de su cubeta. Toma el envase de un litro y lo vacía sobre una lechuga. Una y otra vez vacía la misma cubeta sobre la misma lechuga, cada vez que lo hace se dibuja una sonrisa traviesa en su rostro.

Su abuela asegura que esa agua no se utiliza para bañarse, pues en caso de hacerlo, tendrían ronchas. Comenta que cada tercer día recoge los quelites, chícharos o cualquier otra verdura de su jardín. Cuando es necesario, Dany apoya a su abuela para cosechar los vegetales que más adelante estarán en su mesa.

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