Ingeniería de Tejidos I: Regeneradores de Piel para Pacientes Quemados

Ginarely Valencia.

Si pudiera regresar el tiempo, Catalina volvería a esa tarde de julio de 2017 para evitar que su hijo Ángel David de 10 años fuera víctima del accidente que les cambió la vida.

La mesa tenía una especie como de plaga de cucarachas, le prendimos fuego en el patio pero la botella de alcohol se quedó cerca y lo peor de todo es que no nos dimos cuenta que se quedó destapada. Nos tocó ese día que empezó a llover y cuando nos salimos asomar explotó la botella y brincó el alcohol pero con fuego y él traía su sudadera pero era como de borrega y agarró fuego.

Sus manos, cuello y parte de su rostro fueron alcanzados por el fuego. El diagnóstico médico fue: quemaduras de tercer grado.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud  las quemaduras producen 180 mil muertes al año. En México, la Secretaría de Salud reporta que anualmente 200 mil personas sufren quemaduras, de las cuales 600 mueren por este motivo. Además ésta es la segunda causa de muerte en niños menores de 14 años.

El jefe de la Unidad para Niños Quemados del Hospital Dr. Nicolás San Juan del Instituto de Salud del Estado de México, Pablo Rodríguez Ferreira, asegura que el 95 por ciento de las quemaduras son por accidente y el cinco por ciento infligidas.

La causa más frecuente es el contacto con líquidos calientes, algo que se llama escaldadura, que representan entre el 60 y 65 por ciento y se presentan principalmente en el hogar. Si nos trasladamos a la edad adulta, la causa más frecuente será por lesiones con fuego y van a tomar importancia las lesiones por electricidad porque ya involucra a las edades laborales.

En México, la atención médica del paciente quemado cuesta entre 30 mil y 40 millones de pesos. Tan sólo en el Estado de México, la Secretaría de Salud invierte diariamente 60 mil pesos en cada paciente hospitalizado en la Unidad para Niños Quemados del Hospital Nicolás San Juan. Al año recibe a 220 personas y atiende a 40 más de manera ambulatoria.

IMPORTANCIA DE LA PIEL EN EL ORGANISMO

La piel es el órgano más grande que tiene el cuerpo humano, su extensión es de dos metros cuadrados y pesa cinco kilos aproximadamente. Su función principal es la protección de agentes externos y la regulación de la temperatura.

De acuerdo con Miriam Flores Merino, integrante del Centro de Investigación en Ciencias Médicas  de la Universidad Autónoma del Estado de México, el cuerpo humano tiene un sistema de auto regeneración limitado que actúa en las heridas superficiales a través de la cicatrización, pero cuando afecta capas más profundas de la piel se complica este proceso por la cantidad de células afectadas.

En la piel tenemos diferentes tipos de células, las más reconocidas son los fibroblastos y los queratinocitos, entre más células tenemos se vuelve más especializado y más difíciles los procesos de regeneración.

La especialista en el área de biomateriales e ingeniería de tejidos de la UAEM asegura que cuando una quemadura afecta las capas más profundas de la piel se requiere un tratamiento a base de apósitos biológicos que son parches de distintos materiales que ayudan a la reepitelización, es decir, regeneración de células.

Lo que se hace con los amnios y otros tipos de materiales biológicos, incluso, la piel cadavérica, es nada más emular esa matriz extracelular, esta funciona como una base para que las células puedan ahí crecer. Son como un embalaje para que las células se puedan reproducir y proliferar.

Aunque el tratamiento definitivo para los pacientes con quemaduras es la colocación de injertos de piel del propio paciente, la ciencia ha desarrollado distintos apósitos biológicos a base de amnios, piel de cerdo y piel de donador cadavérico, que ayudan en la recuperación.

AMNIOS DE PLACENTA, UNA ALTERNATIVA

El Banco de Tejidos del Estado de México y el Banco de Tejido Radioesterilizados del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares realizan la procuración, esterilización y almacenamiento de amnios, que es la capa de la placenta que se encuentra en contacto directo con el feto y que permite la aceleración de la cicatrización en la piel dañada.

De acuerdo con la directora del Banco de Tejidos del Estado de México, Inés Díaz Muñoz, el Hospital Dr. Nicolás San Juan de Toluca del ISEM cuenta con un programa de donación de placentas para la obtención del amnios.

Una vez que tomamos nosotros la placenta y retiramos el amnios, la traemos al Banco de Tejidos, tomamos una muestra a la donadora para panel viral. La ley nos exige que como es un donador vivo tenemos que esperar seis meses para volver a tomar otra muestra para descartar que la paciente no estaba en periodo de ventana para VIH, Hepatitis C o B. Mientras no lo haga no lo puedo liberar el amnios para la aplicación.

De acuerdo con la Universidad de la República, en Uruguay, las primeras experiencias de utilización de membranas fetales se realizaron hace 100 años y a lo largo del desarrollo de la medicina, el implante de membrana amniótica se ha utilizado en distintas especialidades para el tratamiento de pacientes.

En México, para garantizar la esterilidad de los amnios se recurrió a la radiación, un proceso que se realiza en el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares  desde 1997.

La responsable sanitario del Banco de Tejido Radioesterilizados del ININ, María Esther Martínez Pardo, indica que este procedimiento no deja residuos tóxicos ni se induce radioactividad en los amnios.

Como una opción tenemos la tecnología de irradiación en la que aprovechamos el alto poder de penetración que tienen los fotones gamma del cobalto 60 que atraviesa el tejido blando. Está es una tecnología alternativa, no queremos decir que es lo único que se puede hacer pero es muy conveniente porque nos garantiza un nivel de esterilidad de 10 a la menos 6, significa que en un millón de productos uno esté contaminado.

De una placenta se pueden obtener de 400 a 600 centímetros cuadrados de amnios, si se trata de un parto gemelar pueden generarse hasta mil 300 centímetros cuadrado para el uso de quemaduras. El amnios esterilizado se emplea en quemaduras leves, principalmente, en el rostro.

Tenemos ahorros en días de hospital y el uso de medicamentos porque el apósito cubre las terminaciones nerviosas e inmediatamente la sensación es que ya no se tiene dolor o disminuye notablemente y se acelera el proceso de epitelización

El tratamiento no es sencillo. Después de un mes de hospitalización y ocho cirugías, Ángel David continúa bajo supervisión médica. Cada semana, sale de su hogar, en el municipio de Ixtapaluca, a las cuatro de madrugada para llegar a tiempo a sus consultas en el Hospital Nicolás San Juan, en la ciudad de Toluca.

Todo es muy pesado, muy agotador. Luego las cirugías, el tiempo que hay que estar aquí si es muy agotador y más que nada la preocupación de que puede salir bien como no puede salir. Todos los riesgos que conlleva todo eso. Tuvo injertos, estuvo un mes hospitalizado y se le pusieron varios injertos y ya de ahí estuvo viniendo otro mes y cada tercer día a consultas.

IMPULSO DONACIÓN CADAVÉRICA

En México, a partir de 2006 la piel empezó a solicitarse como donación cadavérica para responder a la alta demanda de apósitos biológicos para los atender a pacientes quemados.

De acuerdo con la directora del Banco de Tejidos del Estado de México, Inés Díaz Muñoz, los tabúes en torno a esta práctica limita la posibilidad de ayudar a más personas.

Únicamente lo que se solicita cuando es donación cadavérica, es la piel de las espalda, donde están las escápulas hasta donde está el inicio de los glúteos y por debajo de los glúteos lo que es la cara lateral y posterior del muslo.

En promedio, al año suman once donaciones de piel en el Estado de México, lo que resulta insuficiente, por ello la importancia de seguir impulsando la donación.

En el Estado de México, las cantidades de piel que se requieren si son importantes porque a veces un sólo paciente, a lo que lo llaman un gran quemado, es un paciente que requiere una superficie corporal de más de 70, 90 por ciento y hay que cubrirla.

Los apósitos de piel cadavérica también son radioesterilizados en el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, los cuales servirán para cubrir las heridas de un paciente quemado para aliviar el dolor, evitar que se infecte y se deshidrate, logrando así una recuperación más rápida.

PIEL CERDO PARA TRATAR QUEMADURAS

La piel de cerdo es una alternativa cuando no se cuenta con suficientes apósitos de amnios o de piel cadavérica para el tratamiento de quemaduras. En un rastro ubicado en el municipio de Cuautitlán, Estado de México, un médico veterinario selecciona cerdos sanos para iniciar el procedimiento de esterilización en el Banco de Tejido Radioesterilizados del ININ.

Nos llega la piel con vellos, aquí se rasura, se limpia, se desinfecta, se lava y se corta en tiras y puede ser la presentación congelada o la presentación liofilizada, si es congelada se debe mantener la cadena de frío durante todo el resto del proceso, es decir se almacena en congelación, se esteriliza por irradiación congelados y se almacenan ya irradiados en un ultracongelador.

La piel de cerdo reduce la intensidad del dolor al proteger las terminaciones nerviosas expuestas a causa de la herida, mejoran el proceso de cicatrización, reducen la inflamación, la pérdida de agua, electrolitos, proteínas y calorías, y evita que la herida se contamine con microorganismos que se encuentran en el ambiente.

Los amnios, la piel de donador cadavérico y la piel de cerdo son empleados en el tratamiento de los pacientes del Hospital Nicolás San Juan. El jefe de la Unidad para Niños Quemados, Pablo Rodríguez Ferreira, destaca los beneficios que se obtienen.

Son apósitos transitorios no quiere decir que con eso el paciente ya se va a curar o la piel porcina o la piel cadavérica se le va a adherir al paciente sino que son apósitos que sirven para cubrir la herida y prepararla para el siguiente paso. A veces la piel cadavérica, la parte profunda que son puras proteínas si se llegan a quedar en el paciente pero son las proteínas de lo que forman la dermis.

PREVENCIÓN DE ACCIDENTES

Después de varios meses, Ángel David retomó sus actividades escolares, aunque su tratamiento físico y psicológico continuarán en el Hospital Dr. Nicolás San Juan, al menos hasta que cumpla la mayoría de edad.

Usa sudaderas con cuello alto y gorras para ocultar las huellas que dejó en su piel el fuego incontrolable. De la mano de psicólogos, aprendió a restarle importancia a las miradas agraviantes de la gente. Su sueño es convertirse en veterinario, tener un buen trabajo y mejorar su apariencia física para no ser rechazado.

Al cien por ciento no pero sí voy a quedar bien, faltan algunas cirugías. Espero quedar casi casi como antes, tal vez sí con unas marcas y cicatrices, pero que esto quede plano.

El 95 por ciento de las quemaduras ocurren por accidente y nueve de cada diez ocurren dentro de los hogares, por ello, la importancia de la prevención y siempre estar al tanto de los menores.

La lección de Ángel David y su madre Catalina, al igual que la de 200 mil mexicanos que al año sufren quemaduras, es que después de un accidente nada vuelve a ser igual.

La prevención está en nuestras manos porque la mayoría de los accidentes ocurren en nuestro hogar y sobre todo en temporada de vacaciones es cuando se incrementa el número de pacientes quemados o en tiempos de festividades. Podemos prevenir, evitando que los niños se acerquen a los sitios de riesgo. Los accidentes te piden fracciones de segundo para que ocurran.

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