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LA ENSEÑANZA TEATRAL DE ESVÓN GAMALIEL

Ana Gabriela Granados.

De acuerdo con la Real Academia Española la palabra docente proviene del latín docens, que a su vez deriva en docēre, que significa “enseñar”. En México el término docente es utilizado como sinónimo de maestro o maestra, que hacen referencia a las personas que se encargan de enseñar alguna materia o disciplina a sus alumnas y alumnos.

Y justamente es lo que Esvón Gamaliel Calvillo Pérez, fue para varias generaciones de estudiantes de teatro que nacieron tras los escenarios que él dirigía, un docente, un maestro, un amigo, familia.

En 1974, a los 19 años de edad, Esvón Gamaliel, llegó a la ciudad de Toluca desde su natal Colorines, que pertenece al municipio de Valle de Bravo, al sur del Estado de México

Buscaba iniciarse como actor en cumplimiento de su vocación por el arte dramático, dejando huella en los escenarios y en quienes coincidieron con él, como compañero o catedrático.

Disciplina y perfeccionismo, pero también una gran calidez humana y personalidad son características que distinguían al Maestro Esvón, las cuales heredó a sus alumnas y alumnos.  

Tres de ellos, egresados de la Universidad Autónoma del Estado de México, se han desempeñado desde hace varios años en la escena del cine y teatro nacional e internacional. Hablamos de Adriana Barraza, nominada al Premio Óscar a la Mejor Actriz de Reparto, Clementina Jiménez Guadarrama, quien recientemente trabajó en la cinta “Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades”, dirigida por Alejandro González Iñárritu, y Noé Hernández Álvarez, ganador de dos Premios Ariel como Mejor Actor

Este legado inició con el gran cariño y compromiso que Esvón Gamaliel le tuvo a la Universidad Autónoma del Estado de México. Muchos de sus esfuerzos estuvieron encaminados a acondicionar espacios para que el teatro universitario pudiera realizarse. Para ello impulsó la creación de la Licenciatura en Artes Escénicas, hoy Licenciatura en Artes Teatrales, con el objetivo de lograr una formación integral en esta disciplina, destaca la actriz Clementina Jiménez.

No todos tienen o han tenido en sus áreas talentos como él y además fieles, porque si algo él tenía es la fidelidad, o sea se ponía la camiseta de su Universidad y creo que muchas veces fue invitado a otros lados y él nunca quiso irse, siempre estuvo aquí. Entonces era fiel y de una ética intachable, yo no conozco en cuestión ética, no he conocido gente como él; y que levantó el teatro porque si él no hubiera levantado, habría mucha gente que no estaríamos aquí. Él quería que esta Universidad y que la gente tuviera la oportunidad de estudiar en forma, profesionalizar a los artistas, que tuvieran otra visión.

Los talleres que Esvón Gamaliel ofrecía eran intensos e interesantes. 

Haciendo una analogía con la cocina, Noé Hernández afirmó que como lo haría el mejor chef con su variedad de ingredientes al momento de ponerlos en el sartén, el propio Esvón aprovechaba los talleres para conocer mejor a sus actrices y actores. Les ayudaba a encontrar al personaje y que pudieran desempeñarlo de la mejor forma, a través de sus propias emociones.

Los talleres de Esvón siempre eran un verdadero viaje hacia el interior de nosotros mismos, de nuestras capacidades y de nuestras ideas y de nuestros conceptos incluso personales, nuestras posturas sociales, nuestras posturas amorosas, de desamor, de todo, es decir, de alguna u otra forma se involucraba todo nuestro ser. Entonces en ese sentido se volvían verdaderas clases de actuación, verdaderas exploraciones con el trabajo del actor, en ese sentido siempre ir como quitando capas, capas, que de momento no servían para el personaje, hasta que al final decía ya está, es por ahí, por ahí ahora sí empieza ya a involucrar el texto, a leer el texto y analizar el texto, para que toda esa información que uno va adquiriendo en el taller vayas y lo vacíes ahí en el espacio y el personaje que andas buscando. 

La actriz Adriana Barraza, relató que cuando ella y Esvón eran jóvenes pasaban horas en el escenario de lo que hoy es el Teatro Universitario “Los Jaguares”, cerca de donde ella vivía.   Una de las anécdotas a su lado fue cuando el teatro se quedó sin  luz pero, ingeniosamente, la clase continuó con ayuda de la iluminación de un automóvil.  Nada los detenía para seguir aprendiendo.

Nuestras clases en la noche eran con mucho frío, ahí en nuestros leotarditos tratando de tomar clases y sin luz y nuestro queridísimo Miguel Jaimes, que también está ya en el cielo mirándonos, un hombre muy importante para la música en la ciudad de Toluca, junto con Lucy su esposa, Miguel subía su Volkswagen y nos alumbraba y eso es lo que duraba la clase, para mi es inolvidable porque no importaba si había dinero, si no, si sí, lo que había era un deseo inmenso, inmenso de hacer algo en el escenario, y esto era porque Esvón nos animaba.

Clementina Jiménez  resaltó que el amor que Esvón tenía por el teatro lo demostraba con su dedicación para estudiar, investigar, memorizar y así poder exigir a sus actores y actrices lo mismo en el escenario.

Podías tú entrar a las cuatro de la tarde pero no sabías a qué hora salías, y por lo mismo, él mismo en sí era bastante disciplinado, era un hombre que estudiaba, que lo veías siempre estudiando, siempre viendo las mejores películas, con él aprendí a ver los mejores cineastas, estaba siempre buscando, indagando, buscando en la vida cómo hacerle para poder hacer un personaje, entonces esa capacidad que él tenía de memoria, obviamente nos la iba a exigir como actores, porque no podíamos llegar a un ensayo si nosotros no teníamos la memoria perfecta y era obvio porque él se lo podía aprender con tanta minuciosidad.

Esvón destacó por buscar sus personajes en la vida y en los lugares que consideraba podrían darle mayor contexto al papel que se desempeñaría, con la intención de ser lo más fiel posible a los temas, no se permitía el error, tenía una disciplina férrea consigo mismo, era todo un proceso cada una de sus producciones, un toque que lo distinguió del resto y que transmitió a sus alumnos.

Era una persona con vasto conocimiento, siempre tenía una solución, un consejo, un regaño, un libro o una película. Pero para Noé Hernández la gran herencia que le dejó para su desempeño profesional ha sido la disciplina que siempre les inculcó.

Creo que si algo me caracteriza a mi, dentro de mi carrera cinematográfica, es exactamente mi disciplina, este análisis incisivo de texto, este análisis del personaje y luego esta búsqueda del mismo, esta búsqueda de ir a encontrar al personaje en le día a día, es decir, de hacer investigación de campo, no sólo investigación bibliográfica, para ir a ver al personaje en su tierra de origen, en su día a día, en sus conflictos, es algo que hoy que abordo un personaje pues trato más de hacer. La disciplina, la rigurosa disciplina de siempre llegar con tu secuencias preparadas, estudiadas analizadas y llegar al set totalmente vacío para llenarse de todo lo que  implica trabajar dentro de un set, entonces si hay una disciplina rigurosa, al menos de mi parte, de estar a la hora que me dan mi llamada, es parte de la disciplina que siento que Esvón nos inculcó y que para mi ha sido mi columna vertebral.

Su mejor amiga, la escritora y guionista mexicana, Delfina Careaga y Becerra, destaca que la conexión que Esvón Gamaliel tenía con el arte dramático era tal que lo plasmó en el libro que hizo sobre el Teatro “Los jaguares”.

En absoluta entrega al teatro, Esvón Gamaliel que ya era un poeta, alcanzó exitosamente las ramas de dirección, actuación, coreografía, escenografía, producción y dramaturgia, así como fue un notable maestro de la materia, también en coautoría con el maestro Victor Nava Marín escribió un libro esencial para conjugar la desmemoria sobre la historia del Teatro Jaguares, así atestiguamos su gran pasión y su alta profesionalidad que han quedado impresas en premios y en el corazón de quien lo conoció.

El amor al arte de Esvón Gamaliel era innegable, pues dedicaba mucho tiempo de su vida al teatro, lo que le llevó a hacer de sus alumnas y alumnos una gran familia.

La propia Clementina Guadarrama, pudo seguir sus estudios gracias a él pues, además de  abrirle las puertas de su hogar, la experiencia de vivir con él su día a día le permitió tener las clases que no encontraría en ninguna escuela. 

Gracias a él yo pude terminar una carrera, porque yo iba a renunciar a esa carrera, pues por cuestiones económicas y por algunas situaciones personales  y pues fue como un mecenas, o sea, un día le pedí permiso en su casa, por un día y me quedé dos y me quedé años con él, entonces es parte de la historia y al convivir con una persona no sólo convive con el maestro, con el que conoces en escena, que viene y lo dejas de ver y cada quién va a su casa, yo conviví con él desde la emoción de cuando estrenábamos y luego no teníamos qué comer, sus problemas a la hora de estar creando, porque un creador sobre todo como él, pues era una revolución en la casa.

Esvón Gamaliel Calvillo Pérez  continúa siendo, a 20 años de su partida, un precedente de la cátedra de teatro en la ciudad de Toluca y en la Universidad Autónoma del Estado de México. Dio pie a la adaptación de espacios como el Teatro Universitario “Los Jaguares” en la capital mexiquense y el Teatro de Cámara que lleva su nombre y se ubica al interior del Edificio Histórico de Rectoría.

También creó la Compañía Universitaria de Teatro, e impulsó la creación de la Licenciatura en Artes Teatrales que se imparte en la Facultad de Humanidades de la UAEMéx.

En el escenario como un aula, Esvón se convirtió en el impulsor de la carrera de actores y actrices, productores, guionistas, escenógrafos, catedráticos y directores que, hoy en día continúan con su legado a favor del arte dramático

Convivir con el Maestro Esvón era un goce, así lo asegura su amiga Delfina Careaga. No sólo por lo que podía enseñarles si no por lo que aportó a la vidas de sus estudiantes y amigos a través, sí, de su disciplina y profesionalismo, pero también de su espontaneidad y amor al teatro.

Cómo explicar con palabras la calidad de su lealtad, su entrega absoluta hacia una idea, su generosidad ilimitada, su talento incuestionable. Hay en la vida personas imposibles de olvidar, como resulta inconcebible no recordar cuando Esvón se encontraba feliz, pleno de la alegría de vivir que lo dotaba de un ingenio fascinante, las palabras se me terminan al volver a escuchar sus extravagantes carcajadas, en tanto conversaba con nosotros en el departamento editorial o en los patios de nuestra universidad, en la calle, caminando por los portales, o platicando hasta el amanecer en el penumbroso salón del viejo teatro del Calvario, sólo puedo decir que su risa era el bullicio de la vida en rebelión.

Clementina Guadarrama, impulsando mujeres indígenas en la actuación

Pasó una figura y todos corrieron, llegó el director del casting y me dijo “no te vayas a poner nerviosa” pero la entrevista es con Alfonso Cuarón. Me asombré de que me hayan elegido.

Así relata Clementina Guadarrama sus primeros acercamientos a la película mexicana Roma. Sin siquiera saberlo, la actriz egresada de la Universidad Autónoma del Estado de México, estaba a punto de ser parte de una de las obras maestras del séptimo arte más importantes de la historia moderna; no sólo por la producción que han sido alabada por los críticos, sino porque es una de las películas que muestra las desigualdades en nuestro país. Desigualdades con las que vivió y creció Clementina mucho antes de ser actriz. Seguir leyendo Clementina Guadarrama, impulsando mujeres indígenas en la actuación

La propuesta crítica del teatro de Bertolt Brecht

Carlos Escutia.

El peso de las buenas intenciones me tienen agobiada y me bastará con cometer una injusticia para poder imponer mi ley, para poder escaparme

Este es  un fragmento de la obra de teatro Un Alma Buena, en la que Shen Te intenta convertirse en una persona honesta y solidaria con sus semejantes, mientras vive en un ambiente rodeado de injusticias y pobreza. Seguir leyendo La propuesta crítica del teatro de Bertolt Brecht

Cuentacuentos al rescate de las marionetas

Jacqueline Valderrabano.

Bienvenidos a esta función de teatro de títeres. ¿Están listos los niños para ver los títeres? Si, ¿están listas las niñas? Si, ¿están listos los niños con bigote? Si, Polichinela, polichinela, los niños ya están listos, vamos a trabajar…

En una maleta trasladan pequeños utensilios como palos de madera, sartenes de aluminio y telas de color rojo que simulan las cortinas de un teatro tradicional del siglo XV. Seguir leyendo Cuentacuentos al rescate de las marionetas