Oscar Villa.
De las faldas del Cerro de Coatepec surge un coloso verde y oro, el Estadio Universitario Alberto “Chivo” Córdoba.
Dicho inmueble guarda un lazo parental con el majestuoso Estadio Olímpico Universitario de la Ciudad de México en detalles como la visión isóptica, es decir, la visibilidad que todos los espectadores tienen por su forma, la cual asemeja al cráter de un volcán o de sombrero de charro.
Además, el coloso cuenta con bases en el pre-diseño de estadios como el de la Universidad de Yale o de los Estadios Olímpicos de Múnich, Berlín o Florencia.
La base principal de ambos estadios, son los antiguos teatros griegos, tal cual lo subraya el arquitecto Jesús Castañeda Arratia, cronista de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Es un Estadio con una belleza exquisita. Es un diseño de estilo minimalista, donde hay el mínimo de elementos, muy sencillo y bello y que le dio categoría el haber pintado las gradas por Leopoldo Flores, es patrimonio de la humanidad
LA HISTORIA DEL COLOSO DEL CERRO DE COATEPEC
El 5 de noviembre de 1964 se inauguró la Ciudad Universitaria, teniendo como escenario principal, el Estadio Universitario Alberto “Chivo” Córdoba, entonces llamado Adolfo López Mateos.
Fue utilizado para eventos de atletismo a nivel nacional, casa de los tazones azteca en los años 1988 y 1997 o duelos del fútbol americano con los Potros Salvajes. Duelos de Primera, Segunda y Tercera División Profesional, como el Toluca contra América celebrado el 3 de noviembre 1974.
Ha sido escenario de dos universiadas nacionales en el 2005 y 2011, así lo destaca Ramiro Ramírez Arellanes, cronista de la Dirección de Actividades Deportivas de la Casa de los Cien Arcos.
El Estadio realmente cuando inició su construcción antes que los terrenos le fueran donados a la Universidad , cuando se donan a la Universidad, prácticamente el Estadio ya está concluido, pero la entrega oficial fue el 5 de noviembre de 1964
ARATMÓSFERA; LE DIO ROSTRO E IDENTIDAD AL ESTADIO
En 1974, el maestro Leopoldo Flores comenzó a pintar en las gradas del coloso, el mural Aratmósfera, donde se vé a un hombre emanado de la tierra hasta casi tocar el cielo, obra que ha sido testigo silencioso de grandes gestas, como las medallas conseguidas por Margarita Hernández en la Universiada del 2011 o la medalla de oro, en la misma justa, que recibió la selección de fútbol universitaria de manos del gran Pelé.
Para Roberto Orona Rivas, ex futbolista que consiguió el ascenso a Segunda División en 1999, el estadio impacta a primera vista.
Es un Estadio diferente, la verdad es que cuando entras por primera vez te impacta, si es un estadio vistoso, con mucha capacidad, el ver el monumento a Adolfo López Mateos siempre impresiona, tiene toda la semblanza universitaria que no lo ves en otro estadio
EL «CHIVO» CÓRDOBA, LIGADO AL FÚTBOL AMERICANO
El inmueble recibió el nombre de un entrenador de los Potros Salvajes de Fútbol Americano, Alberto Córdoba Ladrón de Guevara mejor conocido como “Chivo”.
Bajo su mandato, los equinos obtuvieron un par de campeonatos en la categoría intermedia, además de que fue el impulsor del semillero verde y oro.
Jesús Vallejo, quien se ha desempeñado en el cuerpo técnico del equipo de soccer desde 1974, destaca el valor del inmueble.
Al estadio lo puedo resumir con estas palabras, en ese tiempo mi padre lo vio nacer y él lo mencionaba, es mi segundo hijo y yo acepto esa situación, es como mi hermano
En el Estadio Alberto «Chivo» Córdoba, noche a noche el testigo silencioso Aratmósfera, escucha los festejos en la grada al igual que los cánticos de la in-konciente, luego de presenciar los goles de Elías Ocampo, Edgar Lara o Marco Figueroa.
El Coloso del Cerro de Coatepec jamás dormirá.
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Nota al editor: con fecha del 23 de octubre de 2019 se actualizó esta entrada para modificar el apellido de Alberto Córdoba Ladrón de Guevara, que era escrito como Córdova.
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