Greta Díaz GV.
En secundaria no me fue bien en la materia de historia, tal vez en la forma en la que se impartía. Muy memorística, eso se me hacía muy poco atractivo. Entonces, me metí al politécnico y ahí terminé mis estudios en Ingeniería en Electrónica en el IPN a los 20 años
Así se refiere Leopoldo René García Castro, profesor e investigador de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México, quien se convirtió en el primer mexiquense en ser nombrado Académico de Número de la Academia Mexicana de la Historia.
García Castro, destaca que durante su niñez y adolescencia, jamás soñó con ser historiador, mucho menos antropólogo. Sin embargo, al terminar una ingeniería, ya se había acercado a algunos textos que lo llevaron hacia las ciencias sociales.
Lo voy a confesar ahora, lo que me atrapó para la carrera de antropología e historia son todas las publicaciones y reportes del descubrimiento de los huesos de Cuauhtémoc. Los reportes históricos, antropológicos, son los primeros que yo leí y dije este es mi camino, vocación. Terminé los estudios, inmediatamente hice mi inscripción a la ENAH.
EL CAMINO QUE LO LLEVÓ A LA ACADEMIA
A pesar de las insistencias familiares sobre las dificultades económicas a las que se encontraría como historiador, Leopoldo René García Castro siguió sus instintos y estudió la Licenciatura en Antropología y Etnohistoria. Continuó con la maestría y el doctorado en el mismo rubro.
Esto lo llevó a trabajar en diversas instituciones, como en la Dirección General de Educación Indígena. A partir del año 2000, se convirtió en profesor de tiempo completo en la universidad mexiquense.
A partir del 2 de mayo de 2017, el académico de la UAEM ocupó uno de los 30 sillones de la Academia Mexicana de la Historia que está conformada por destacados intelectuales como Eduardo Matos, Jean Meyer, Enrique Krauze, Elisa Vargaslugo y Aurelio Reyes. Este nombramiento es el mayor que puede recibir un historiador a nivel nacional.
Los 30 miembros tienen la capacidad de tomar decisiones sobre las actividades de la institución a nivel nacional y, como lo describe René García, la oportunidad de fomentar la historia de México.
En este tipo de nombramientos, y afortunadamente es honorífico, no se persigue fin económico, sino al contrario. Lo que se persigue es una participación, colaboración en pro del desarrollo de la disciplina, en búsqueda de fomentar la historia de México, fomentar este amor, o sea el objetivo de historia es que nos sintamos identificados con este pasado común, con nuestra historia por más complicada que sea, pero que amemos patria
La vida de René García gira alrededor de la historia y la antropología, pues en su tiempo libre se dedica a leer sobre historia universal o a visitar y conocer los pueblos del Estado de México, Hidalgo y Morelos. En sus vacaciones nunca falta una visita a un sitio antropológico, una iglesia o un museo.
UNA TRAYECTORIA CON GRANDES RESULTADOS
Afirma que le es casi imposible dejar su mirada de historiador. Esto ha rendido frutos, ya que para ser Miembro de la Academia Mexicana de la Historia, se considera el currículum, trayectoria, investigaciones y publicaciones, así como trabajo en formación de investigadores y difusión de la materia.
Para el profesor y fundador de maestrías y doctorados en la Facultad de Humanidades, ser parte de esta sociedad académica implica poder acercar diversas visiones de la historia, nacional e internacional, a la comunidad de la UAEM; además lograr mayor difusión e internacionalización del trabajo que se hace en la institución y colaborar con otras disciplinas.
Debemos esperar esta relación más fuerte, cercana, variada entre academia, universidad, sociedad mexiquense y en general. Vamos a ir trabajando en función de este objetivo. Sobre todo de nuestros chicos en historia, y en estas cuestiones, ciencias de la información documental, antropología, las ciencias sociales; es decir, el vínculo no necesariamente tiene que cerrarse al área de historia. Creo que estamos viviendo una colaboración de las diferentes disciplinas de una manera más dinámica y la academia puede participar y hacer participar a muchas otras disciplinas dentro de estas actividades
Dentro de la universidad, el académico ha realizado investigaciones de los grupos étnicos y se ha especializado en la historia de los indígenas que después de la conquista mantuvieron posiciones de poder, un tema del que poco se conocería si no fuera por sus hallazgos.
IDENTIDAD A TRAVÉS DE LA HISTORIA
René García Castro afirma que la UAEM le ha dado el espacio suficiente para tener libertad de cátedra y llevar su trabajo hacia donde él lo considera mejor.
El también miembro del Sistema Nacional de Investigadores destaca que la historia no debe desaparecer de las aulas, por el contrario debe mantenerse activa y vigente, pues a través de ella generamos identidad y pertenencia a la cultura.
El mundo global no solamente necesita de técnicos o de carreras de ingeniería o desarrollo de ingeniería. Sí, México tiene que apostar mucho a ello, pero no hay que olvidarnos que como seres humanos pertenecemos a una sociedad, y que no todos los individuos piensan esta sociedad como parte suya. No se sienten pertenecientes a ello. Historia busca crear una conciencia de identidad, sentirse parte de este grupo, y eso va a brindar posibilidades éticas y profesionales mayores, todavía. Yo creo que las disciplinas humanísticas tienen que apostar a esta visión más amplia y ser parte de esta visión cultural de México. No deben desaparecer, quizá sean reducidos, pero los pocos cursos que sean los que alienten esta identidad, que la gente quiera su patria. Fortaleza para tener un proyecto común de país
Desde el sillón número 25 de la Academia Mexicana de la Historia, René García Castro planea dar difusión a sus publicaciones y a las de sus alumnos, pero sobre todo, para que la sociedad se acerque más a la historia y así comprenda su pasado, valore su presente y planee su futuro.